La Asociación de Importadores de Frutas y Hortalizas Frescas, (FPAA por sus siglas en inglés) convocó para su convención anual la semana pasada 5-7 de noviembre en las instalaciones de Tubac Resort y Campo de Golf. El evento constó en eventos educativos seguidos por una fiesta en la noche en la plaza del resort, terminando con oportunidades únicas de diversion como guías en helicóptero de la región fronteriza y dos días de golf.
Las exponencias educativas trataron de dos temas sumamente importantes para el futuro de la industria: la responabilidad social y la agriculture sustentable. La primera ponencia fue dada por Lili Carolina López Ceniceros, quien se especializa en la responsabilidad social. Ella cuenta con amplia experiencia en proyectos de asesoría sobre responsabilidad social y la administración de organizaciones sin fines de lucro. También ha colaborado con la organización ProEduca Sinaloa.
López ofreció un modelo para implementar la responsabilidad social empresial en cada aspecto de la cadena de valor. Las fases de tal modelo incluyen:
- mejores interacciones con retroalimentación con los jornaleros
- involucramiento de todos los interesados
- establecimiento de redes de comunicación y colaboración abiertas
- programa de evaluación para medir el progreso
- sistema uniforme de comunicación.
López concluyó que el motivo más fundamental para que los productores implementen un modelo de la responabilidad social es la rentabilidad social de inversión que conlleva. Insistió en que sí es posible que un productor realice mejores ganancias tras invertir más en el personal, debido a varios beneficios como un nivel más alto de jornaleros regresando año tras año.
El siguiente potente, Matías Mesta, director de BAI Agricultura Sustentable en Culiacán, destacó las ventajas de una producción sustentable que reduce la cantidad de agroquímicos con el fin de eliminar (hasta 99.01%) los residuos causados por ellos. Subrayando los retos actuales y en el futuro, Mesta enfatizó la discrepencia de que 74% de los consumidores quieren menos pesticidas en su comida pero sólo 12% están dispuestos a comprar frutas y hortalizas orgánicas. Por ese motivo, la empresa de Mesta intenta establecer una etiqueta que garantiza la falta de residuos en el producto.
Resumiendo la gran escala de lo que les toca a los agricultores hacer en las décadas que vienen, Mesta explicó que tendremos que alimentar a 7 personas por cada hectárea cultivada para 2050 — un aumento considerable. A la vez, los estándares de los mayoristas han ido subiendo con rapidez, de manera que esos sistemas esctrictos de calificación ya prevalecen en Europa. Para facilitar esa demanda multidimensional, Mesta cree que ofrecer programas como el suyo de eliminar los residuos serán clave en hacer los pasos necesarios para avanzar a la próxima etapa de la agricultura de este siglo.
Manteniéndose a la vanguardia de la industria, las ponencias de esa convención demuestran que la asociación está dispuesta a seguir en adelante con las adaptaciones necesarias.